La salud de la encía no sólo afecta a nuestra boca, sino que está en estrecha relación con la salud de todo nuestro organismo. La enfermedad de la encía o periodontal, además de provocar la pérdida de dientes, también aumenta el riesgo de padecer:infarto cardíaco, derrame cerebral, parto prematuro, dificulta el control de la glicemia en pacientes diabéticos…
Por su parte, el embarazo conlleva un riesgo mucho mayor de desarrollar una gingivitis por lo que se recomienda un control más frecuente con el periodoncista durante este periodo.
¿Qué le puede pasar a mi encía?
La Gingivitis afecta hasta a un 70% de las personas mayores de 35 años y se caracteriza por:
– Inflamación superficial de la encía
– La encía sangra fácilmente con el cepillado
– Reversible si es tratada adecuadamente a tiempo
– Si no se trata de manera correcta puede transformarse en una periodontitis
La Periodontitis afecta alrededor de un 40% de las personas, de las cuales al menos un 15% alcanza a sus formas más severas y se caracteriza por:
– Inflamación profunda de la encía, hueso y ligamento que sujetan al diente
– Sangrado, sensibilidad de los dientes, exposición de la raíz o cuello del diente, cambio de posición de los dientes, movilidad
– Por lo general no genera molestias y pasa desapercibido para el paciente hasta etapas muy avanzadas
– El daño generado es irreversible y puede ir desde la exposición de las raíces, movilidad de los dientes e incluso pérdida de estos, en conjunto con todo el hueso que los mantiene en la boca, lo cual dificulta o impide la posterior colocación de implantes para su reposición.
Estas enfermedades están asociadas a la acumulación de bacterias en la encía o lengua, que con sus productos metabólicos son la principal causa de la halitosis o mal aliento.
Es importante controlar la salud de las encías regularmente, incluso si no se presenta ningún síntoma perceptible, ya que la enfermedad periodontal es inicialmente indolora y silenciosa y sólo el tratamiento en etapa temprana garantiza los mejores resultados para la prevención y la intervención terapéutica.